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Canarias contra el GNL

Vivir del aire, por Ricardo Peytaví

Desde Dentro Ricardo Peytaví
Vivir del aire
Hay quien tiene, y así lo confiesa públicamente, a Tomás Padrón como musa inspiradora a la hora de escribir una columna diaria. Yo también. Aunque muchísimo más que el presidente del Cabildo herreño, me ilumina Isaac Valencia desde su añeja alcaldía orotavense. Antes de entrar en materia, y teniendo en cuenta la fecha de hoy, le deseo al primer edil villero un feliz 2005, año en el que posiblemente logre su vieja aspiración de poner un fielato en los accesos al parque nacional del Teide. Sólo para que, según dice, el dueño de la finca no sea el único que siga sin cobrar. Miren por dónde, con el traspaso de la gestión de los parques a las comunidades autónomas, a lo mejor hasta lo consigue.
En fin, a lo que voy. Inicialmente me ha parecido un sarcasmo que el Ayuntamiento de La Orotava se una al Partido Verde Canario contra la instalación del gas natural en las Islas. Lo de los verdes tiene su explicación; hasta feo estaría que no se opusieran a algo. Lo de la Villa, en cambio, resulta un fis-quito más difícil de asumir, habida cuenta de que una iniciativa en este sentido debe tener por objeto, cabe suponer, no seguir deteriorando el entorno. Algo, dicho sea sin ánimo de ofender, que no parece haber sido la preocupación primordial del Ayuntamiento presidido por don Isaac, pues ha permitido que en apenas veinte años -veinte años no es nada, como dice el tango- se haya cubierto de cemento y asfalto buena parte de un valle que deslumbró al propio Humboldt. Hasta el sencillo mirador dedicado a este afamado naturalista alemán lo han convertido en un bunker para que quepa una cafetería, por-


que Canarias sin un bar en cada esquina perdería su esencia primigenia.
Una reflexión más sosegada, empero, sobre el acuerdo villero respecto al gas natural, invita a intuir que quizá a Isaac Valencia le inquiete el asunto por si al final le toca algo. Quiero decir por si alguna sucursal de la planta regasifícadora tuviera que instalarse en sus dominios, con la consiguiente merma de suelo para otros menesteres. A fin de cuentas, nadie ha demostrado que no quepa otro centro comercial por los alrededores. Todo en favor del progreso, naturalmente, porque no hay derecho a que los señoritos de Santa Cruz se extasíen viendo el valle verde cuando salen de excursión por el Norte, mientras que sus habitantes vean tan negro su futuro. Razonamiento del alcalde villero que admite, debo reconocerlo, poca contestación.
Sería interesante indagar qué concesiones espera Isaac Valencia de Ipo (Iniciativa por La Orotava) para apoyar su moción de rechazo al gas. Proposición suscrita también por los demás partidos políticos en la Corporación, incluido el PP. Ignoro si a Carmen Leyes la habrán llamado ya a capítulo, aunque lo dudo. No creo que a su presidente regional le importe mucho lo que se acuerde en un lugar que le dicen La Orotava, mientras que su presidenta insular tiene otras cosas en las que pensar. Por ejemplo, cómo elogiar un poco más a Miguel Zerolo en su próximo discurso.
Por lo demás, el acuerdo del Consistorio orotavense, que incluye el desmantelamiento progresivo de las actuales centrales térmicas hasta depender sólo del viento y el sol, es propio del Día de los Inocentes, fecha en la que fue adoptado. Acaso por eso haya importado tan poco a tantos.
rpeyt@yahoo.es
Fuente "El Día" 31/12/04

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