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Canarias contra el GNL

"La Ministra Narbona, Canarias y el cambio climático" por Agapito de Cruz

Las declaraciones de la Ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona el 5 de junio en el P. N. del Teide sobre la introducción en Canarias del GNL –Gas Natural Licuado- y su relación con el Puerto de Granadilla (y el de Arinaga, añado), son un ejemplo de los efectos perniciosos del cambio climático y el efecto invernadero. No se explican sino como el resultado de una insolación, afirmaciones tales como que el gas es necesario, al estar Canarias en un proceso de reconversión industrial de sus Centrales Térmicas, que la entrada del gas natural supone un cambio de combustibles fósiles a otros limpios, que así se da cumplimiento al Protocolo de Kyoto, y que es necesario el Puerto de Granadilla para la llegada de este combustible.
Insolación, o que la Sra. Ministra estaba en las nubes, lo que así era. Aunque, La Ministra no hacía sino hacer su trabajo como correa de transmisión de las políticas ambientales de los Gobiernos de España y Canarias. La repetición de los manidos y manipulados argumentos de CC-PSOE-PP anteriores, sobre las bondades del gas natural -al que llegan a equiparar a las energías limpias-, sobre la mentira del protocolo de Kyoto o sobre la realidad del proyecto del Puerto de Granadilla y ampliación del de Arinaga, y que no fueron diseñados sino para uso y disfrute de sus “señorías” de GASCAN.
No es cierto que haya una reconversión industrial en las centrales térmicas canarias, sino la puesta en marcha de la última fase del acuerdo tomado por el Gobierno de Canarias en octubre de 1988 (ATI/CDS/PP) en donde se optaba por las Centrales de Ciclo Combinado Fuel-Gas y que sería ratificado en noviembre de ese mismo año por el Parlamento de Canarias donde el PSOE defendía incluso ¡el uso del carbón!. ¿O no se acuerdan? Desde que se pone la primera piedra en enero de 1990 hasta la fecha no se ha hecho sino seguir el guión marcado entonces en cuanto a infraestructuras, tendidos y combustibles.
No es cierto que con el Gas Natural haya una sustitución de energías fósiles por energías limpias. El Gas es una energía sucia, un combustible fósil como el carbón o el fuel y que se produce en el subsuelo, que se quema y que contamina. No es una fuente de energía limpia y renovable, sino todo lo contrario. Emite grandes cantidades a la atmósfera de CO2, principal causante del efecto invernadero y del cambio climático. Aunque un poco menos contaminante que el fuel, es un fósil causante del efecto invernadero con una diferencia mínima respecto a éste (una central de gas de 800 MW emite anualmente a la atmósfera más de 2 millones de toneladas de dióxido de carbono y más de 2000 toneladas de dióxido de nitrógeno, además de muchos otros contaminantes) Por poner un ejemplo sobre la diferencia de contaminación entre uno y otro combustible, por cada MW de electricidad generado por energía eólica se evita la emisión a la atmósfera de 0,7 toneladas de fuel o de 0,57 de gas natural…
No es cierto tampoco que la introducción del Gas ayude a cumplir con el Protocolo de Kyoto. En primer lugar, el Convenio Marco sobre el Cambio Climático de la ONU (UNFCCC) es más bien una tapadera de los Gobiernos y un agujero por donde se cuelan los intereses de las multinacionales a través de enrevesados mecanismos como el “Comercio de emisiones”, el “Mecanismo para un desarrollo limpio” o la “Aplicación conjunta” (inversiones en terceros países). En segundo lugar, lo que Canarias aporta es “una micronésima partícula y no tiene ninguna relevancia”, como afirmó un conocido ex-presidente de UNELCO. En tercer lugar, en Canarias el “28% de las emisiones provienen del automóvil, el 21% de las aeronaves, mientras que el 43% lo producen las Centrales eléctricas” (Editorial de EL DIA, 9,enero 2005). En definitiva, es con la introducción del GNL y el cierre del camino hacia las energías limpias, el ahorro y la eficiencia energéticos como Canarias se habrá alejado decisivamente de los acuerdos de este Tratado internacional que lleva nombre japonés.
Y por último, no es cierto Señora Ministra que sea necesario Puerto alguno para el Gas: es un combustible que no necesitamos, además es muy peligroso –los últimos 27 muertos, el año pasado en Argelia de donde pretenden traérnoslo-, y sigue contaminando. Aparte de eso va a ser una ruina económica pues sólo será rentable si se emplea también como gas ciudad y meter calefacción en Canarias es como pedirle peras al olmo. Sabe de sobra que estamos no ante un problema técnico, sino político –como ha afirmado meses atrás la organización ecologista TEA-. La triada que nos des-gobierna no tiene respuestas a los problemas de energía que tiene Canarias. En primer lugar porque toda la vida las eléctricas han estado llevando la política por ellos y han terminado convirtiéndose en sus rehenes dentro de esa jaula de oro con nombre de perro y de gas. En segundo lugar, porque la política energética de su gobierno gira en torno al Gas, y no ven a Canarias por sí misma sino en relación a ustedes.
Lo único cierto de todo, Sra. Ministra es que la introducción del Gas en Canarias es un portazo al definitivo y decidido desarrollo de las energías limpias y renovables, no es sino un negocio, a cuenta del contribuyente, de las eléctricas con las que conviven ciertos políticos canarios de los partidos mayoritarios, es la razón para las infraestructuras portuarias de Granadilla y Arinaga, supone un aumento del riesgo para la población ante el peligro de accidentes, y nada tiene que ver con el cumplimiento del Protocolo de Kyoto …

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